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El derecho a guardar silencio: un pilar de la justicia en Ecuador

Conoce el derecho al silencio, su importancia en procesos penales, sus implicaciones legales en Ecuador y cómo protegerte de violaciones a esta garantía fundamental

Abg. Mateo Salguero

12/9/20243 min read

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El derecho a guardar silencio: un pilar de la justicia en Ecuador

El derecho al silencio es una de las garantías fundamentales dentro de un sistema penal que busca equilibrar la justicia con el respeto a los derechos humanos. Este derecho, protegido por la Constitución y el marco legal ecuatoriano, tiene como principal objetivo evitar que un procesado o sospechoso se auto incrimine en el curso de una investigación o proceso iniciado por la Fiscalía, previniendo consecuencias penales graves, como una condena de prisión.

En este blog, exploraremos la importancia, los alcances y las limitaciones de este derecho, así como las implicaciones para los operadores de justicia y los ciudadanos.

¿Qué es el derecho al silencio y quién puede ejercerlo?

El derecho al silencio permite al procesado o sospechoso no responder preguntas o proporcionar información que pueda usarse en su contra. Este derecho:

  • Se puede ejercer en cualquier etapa de la investigación o del proceso penal.

  • Protege exclusivamente al procesado o sospechoso, no a los testigos, quienes están obligados a colaborar con la justicia proporcionando su testimonio.

Diferencia clave: versión libre vs. testimonio

Un aspecto que genera confusión es la distinción entre una versión libre y un testimonio:

  • Versión libre: Es una declaración voluntaria y sin juramento que cualquier persona puede dar durante una investigación. Aunque no es obligatorio rendir una versión, negarse a hacerlo no implica acogerse al derecho al silencio.

  • Testimonio: Por el contrario, es un acto formal en el que una persona, bajo juramento, se compromete a decir la verdad. Este es obligatorio para los testigos y puede ser requerido en el marco de un proceso judicial dentro de una audiencia.

El rol del Estado en garantizar este derecho

El derecho al silencio no es solo una opción del procesado o sospechoso; es una obligación del Estado garantizar que este sea respetado en todas las etapas del proceso penal.

Prohibiciones para los operadores de justicia

Policías, jueces, fiscales y abogados están sujetos a estrictas normas que prohíben:

  1. Obligar física o psicológicamente al sospechoso a declarar en su contra.

  2. Engañar o manipular al procesado para obtener confesiones o información relevante.

  3. Presionar para que renuncie a su derecho al silencio, directa o indirectamente.

Consecuencias de vulnerar el derecho al silencio

Cualquier violación al derecho al silencio puede acarrear la nulidad del proceso penal, dado que se estaría atentando contra garantías fundamentales del debido proceso. Además, los servidores públicos responsables de estas vulneraciones pueden enfrentar sanciones.

Asistencia jurídica obligatoria

Cualquier declaración que el procesado decida dar debe realizarse con la intervención de un abogado defensor, quien vela por que sus derechos no sean vulnerados. Esto asegura que toda declaración sea voluntaria y consciente, y que el procesado esté debidamente informado sobre las implicaciones de su testimonio.

Implicaciones en un Estado de derecho

En un Estado de derechos y justicia como el Ecuador, el respeto al derecho al silencio no solo protege al individuo, sino que también fortalece la legitimidad del sistema penal. Este derecho se conecta con otros pilares fundamentales del debido proceso, como:

  • La presunción de inocencia, que evita que una persona sea tratada como culpable antes de un juicio justo.

  • El derecho a la defensa, que permite al procesado tener acceso a asesoramiento legal en todas las etapas.

Conclusión: un derecho inquebrantable

El derecho al silencio no es un simple tecnicismo legal, sino una herramienta clave para garantizar la justicia y proteger los derechos humanos en el marco de un proceso penal. Es responsabilidad del Estado y de sus operadores de justicia respetarlo y garantizar que no sea vulnerado bajo ninguna circunstancia.

Como ciudadanos, es importante conocer este derecho, no solo para ejercerlo cuando sea necesario, sino también para exigir que sea respetado como parte de un sistema penal justo, ético y transparente. El respeto al derecho al silencio no debilita la justicia; la fortalece, al garantizar que los procesos sean legítimos y libres de coerción.